viernes, 26 de octubre de 2012

MÚSICA PARA CAMALEONES

                             
                

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Relatos del Dr Jekyll y Mr Hyde



                        Relatos del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. de R. L. Stevenson



                                             El solitario de Horacio Quiroga

                                           
                               La divina comedia de Dante

                           
                                        El retrato de Dorian Gray



                               
                                          La iliada de Homero


                     



                                 

Edipo Rey de Sòfocles

                                                        Edipo Rey de Sófocles

                   
                                      

Análisis de la crónica de Jessica cediel

                               Análisis de la crónica de Pirry Jessica Cediel


                                   

FUE UN SUEÑO? POR GUY DE MAUPASSANT









   


                                            Fue un sueño? por Guy de Maupassant




                                                                                    EL DEMONIO ME DIJO 



En toda mi vida he hablado con el Demonio solamente cinco veces; pero, de todos los que ahora están vivos, estoy seguro que soy aquel con quien tiene más familiaridad y que lo conoce más íntimamente. Me trata —lo afirmo con un cierto orgullo, que no intento esconder— con una benigna condescendencia, que alguna vez ha conseguido emocionarme. Cuando estoy con él no hago sino escucharlo. Es decir, me equivoco: lo escucho y lo miro. El Demonio, por lo menos tal como se me ha aparecido hasta ahora, es una persona que se sale de lo ordinario. Es alto y muy pálido: es todavía bastante joven, pero de aquella juventud que ha vivido demasiado y que es más triste que la vejez. Su rostro, blanquísimo y alargado, no tiene nada de particular, más que la boca sutil, cerrada y apretada, con una arruga, única y profunda, que se levanta perpendicularmente entre las cejas y se pierde casi en la raíz de los cabellos. Nunca he sabido bien de qué color tiene los ojos, porque no los he podido mirar nunca más que un instante, y tampoco sé el color de sus cabellos, porque una gran boina de seda, que no se quita nunca, se los esconde completamente. Viste decentemente de negro y sus manos están siempre impecablemente enguantadas.

Es un poco difícil que en estos tiempos se decida a venir a la tierra. Un día me confesaba con aire de tristeza:—Ahora ya los hombres no me interesan. Se compran por poco, pero valen cada vez menos. No tienen ni meollo, ni alma, ni aliento: acaso ni siquiera tendrían sangre bastante roja para escribir el contrato de rubrica. A pesar de eso, cuando se aburre, algunos días, en su país, demasiado poblado, sube entre nosotros. Nadie, en verdad, se da cuenta de ello, porque los hombres ya no lo reconocen y pasan por su lado tomándolo por uno cualquiera de sus semejantes, sonriendo y quitándose el sombrero con un aire de seguridad que da miedo. Pero yo siento siempre la

Estela
De su paso y procuro gozar de su compañía. La conversación del Demonio es la más provechosa y agradable de cuantas conozco. Es de aquellas que hacen comprender el mundo, y, sobre todo, el mundo que está en nosotros, bastante más que los pequeños y grandes tratados de propedéutica que se leen en la biblioteca universitaria de Heidelberg. Nunca he encontrado un ser más indulgente que el Diablo. Conoce tan perfectamente las perversidades, las bellaquerías, las porquerías y  bestialidades humanas, que nada lo maravilla ni lo indigna. Es pacífico y  Sonriente como un sabio antiguo, y a veces me parece más cristiano que todos los cristianos que hay en el mundo. Ha perdonado incluso a Aquel que lo condenó y expulsó de su lado. Cuando habla de él reconoce que el Omnipotente obró justamente arrojándolo del cielo, ya que un rey no puede permitir que haya a su alrededor seres demasiado soberbios e indisciplinados. —Si hubiera estado en su lugar —me confesó una vez—, hubiese condenado al rebelde a una pena más terrible. Lo hubiera obligado a la inacción, a la inmovilidad. En cambio, Dios fue generosamente clemente conmigo y me proporcionó el modo de seguir la carrera para la que era más adecuado. Aunque hoy día estoy un poco aburrido de ella, no tengo, sin embargo, demasiada razón de quejarme; me hubiera aburrido mucho más en el seno de la beatitud celeste. Está animado, incluso hacia los hombres, de una bonachonería un poco irónica, acompañada, es preciso decirlo, por un desprecio convencido, que no siempre consigue disimular. Por su oficio, es el atormentador de los hombres; pero la larga costumbre lo ha vuelto menos feroz y menos terrible. Ya no es el hirsuto y monstruoso demonio del Medievo, con cola y cuernos, que iba a acariciar a las vírgenes de los monasterios y a provocarlas fiebres solitarias de los padres en el desierto. Se ha dado cuenta ya de que la tentación es perfectamente inútil. Los hombres pecan por sí mismos, natural y espontáneamente, sin necesidad de excitaciones y de reclamos. Los deja en paz y ellos corren hacia él como el agua corre por la pendiente. Por eso ya no los considera como enemigos a los que hay que conquistar, sino como buenos y fieles súbditos, dispuestos a pagar su tributo sin hacerse rogar. Por eso, en estos últimos tiempos, ha nacido en él una cierta piedad por nosotros que no destruye su desprecio, sino que lo atenúa y lo vela. Me ha persuadido en esta opinión el último coloquio que he tenido con él, en el cual me ha revelado una cosa que tiene un cierto valor para todos aquellos que buscamos el
Más arriba
y el
Más allá
Lo he encontrado, la última vez, por una de aquellas calles solitarias que hay alrededor de Florencia, encastradas entre muros grises por los que asoman ramas de olivo. Andaba leyendo un librito encuadernado en negro y reía para sí, como sólo él sabe reír. Me he acercado y, en cuanto me ha visto, ha cerrado el libro, me ha tomado del brazo y ha empezado a decirme:—Conozco desde hace siglos este librito: es la Biblia. La releo de cuando en cuando, cuando tengo necesidad de ponerme de buen humor. La que leo  Ahora está en inglés y me he dado cuenta de que el inglés se presta admirablemente para el Antiguo Testamento, mientras que prefiero el italiano para el Nuevo. Estaba releyendo ahora, por milésima vez, los primeros capítulos del
Génesis
, ya comprende usted por qué. En ellos yo tengo un papel importante y algunas veces soy, además de soberbio, un poco vanidoso. Me gusta, digo la verdad, volverme a ver, bajo los bellos despojos de la serpiente, enroscado en el árbol como en los viejos grabados, tendiendo mi cabeza negruzca hacia el blanco cuerpo desnudo de la agradable Eva. Pero es una lástima que la historia de la tentación haya sido tan alterada por los historiadores siervos de Dios. Un día u otro, si tengo tiempo, haré una edición corregida de la Biblia, y no sólo corregida, sino también aumentada, porque los santos y piadosos escritores han sentido repugnancia de escribir demasiado frecuentemente mi nombre, y han dejado en la oscuridad alguna de mis mejores hazañas.»Volviendo a la tentación, repito, mi querido amigo, que la narración bíblica está descaradamente falseada. Nunca he dicho esto a ningún hombre, pero creo que tú eres uno de aquellos a los que se les puede decirlo que ningún hombre podría inventar por sí mismo. Te confesaré, pues, que no fui, en el verdadero sentido de la palabra, un tentador y un engañador. Cuando me dirigí a Eva para empujarla a probar el fruto prohibido, no tenía ninguna intención de hacer caer a los hombres en desgracia. Mi único propósito era vengarme de Jehová, el cual, como yo creía en aquellos tiempos, me había tratado indignamente. Es decir, quería crearle rivales en potencia, y por eso no mentí en absoluto cuando le dije a Eva: «Comed de estos frutos y 
Seréis semejantes a dioses
.»»Yo decía, te lo aseguro, la pura verdad. En efecto, el árbol prohibido era el de la sabiduría, el árbol de la ciencia, no sólo del bien y del mal, como dice el Hebreo, sino de lo verdadero y de lo falso, de lo visible y de lo invisible, del cielo y de la tierra, de los animales y de los espíritus. Y tú sabes, querido amigo, que sapiencia es potencia, y que ser Dios significa precisamente ser sapiente y potente. Por eso no quería en absoluto estafar a los hombres sindicándoles la manera de hacerse semejantes a Jehová. Mi interés era que lo lograran, porque confiaba en su ayuda para reconquistar el Cielo.»En tus ojos veo que quisieras preguntarme algo, y sé lo que es: ¿Cómo fue que Adán y Eva, aunque probaron el fruto prohibido, no se volvieron dioses, sino que fueron expulsados por su Dios fuera del hermoso jardín?»Te explicaré brevemente, si quieres, este aparente misterio. Eva, en la confusión del momento, no advirtió que los frutos del árbol eran muchos y diversos entre ellos, y no oyó lo que le dije; es decir, que no bastaba comer algunos, sino que era Necesario despojar enteramente el árbol, es decir  Adquirir toda la sabiduría. En cambio, apenas hubo comido uno, no tuvo la presencia de espíritu de coger y comer rápidamente todos los demás, y así fue como Jehová tuvo tiempo de darse cuenta del peligro y de poner inmediatamente remedio a él con el destierro perpetuo. Si Adán y Eva se hubieran comido todos los frutos del maravilloso árbol, el Gran Viejo no hubiese podido arrojarlos del Paraíso. Hubieran sido dioses contra Dios, y ningún ángel, por provisto de espadas llameantes que estuviera, los habría puesto en fuga.
 Dios pudo castigarlos porque no habían pecado enteramente.
El pecado original fue castigado porque no fue bastante grande. Así sucede siempre en la tierra, y no quiero recordarte una vez más el coloquio de Alejandro y el pirata para demostrarte cómo un delito es castigado cuando es pequeño y ensalzado y premiado cuando es grande.»El hombre, en aquel día lejano, perdió, pues, una magnífica ocasión de volverse dios, y yo perdí una de las pocas probabilidades de regresar al Cielo. Pero yo creo, excelente amigo, y te lo digo, aunque tú y otros hombres no presten mucho crédito a los consejos del demonio, yo creo que
Todavía estaríais a tiempo de terminar los frutos del árbol 
, que todavía estaríais a tiempo de volveros dioses. Ya no os acordáis del camino del Paraíso Terrenal, pero yo sé que alguna semilla de aquel árbol ha volado fuera y es ya robusta. Se trata de buscarla en vuestros bosques, criarla y podarla hasta que dé, una vez más, sus frutos. Y entonces —creed a vuestro viejo amigo, que algunos servidores envidiosos quieren haceros creer vuestro adversario—, entonces podréis comerlos a vuestro placer, hasta la saciedad, y mi promesa será cumplida.»¿Quisieras preguntarme alguna indicación, alguna señal de reconocimiento de este árbol y de sus frutos? No puedo decirte nada. Es preciso que lo busquéis vosotros mismos, con paciencia y constancia. Y avisadme en seguida que lo hayáis encontrado, porque entonces mi misión habrá terminado y acaso el buen Dios volverá a llamarme a su lado. La voz del Demonio, a este punto, se hizo un poco melancólica. La arruga profunda y recta, que se levanta en medio de su frente, me pareció más oscura. Después de haberse detenido unos momentos, como asaltado por un pensamiento, continuó su camino en silencio, contemplando las estrellas que empezaban a temblar en el lánguido cielo crepuscular.




jueves, 11 de octubre de 2012

PRESENTACION PERSONAL ESCRITA

Mi nombre es  ÁNGELA GARCIA,  nací el  28 DE JULIO DE 1990, actualmente vivo en Medellín Antioquia,  soy egresada del colegio Antonio Derka-Santo Domingo en el año  2012.


Me encanta la música es una de mis pasiones, en cuestión de géneros me gusta mucho el pop, la música cristiana, la salsa,  el rock  y de todo un poquito.  Toco guitarra hace 3 años  y tengo una banda ya hace  un año,  se llama  NOTAS DE UN TALENTO SOÑADOR.


Estoy estudiando en la universidad de antioquia  voy en primer semestre de medicina con especialidad en pediatría.


Escogí esta carrera porque me gusta mucho  todo lo relacionado con ayudar a las personas que se encuentran enfermas y más a las que tienen pocos recursos o no les prestan buena atención y escogí énfasis en pediatría porque me encantan los  niños, los amo porque son lo mas inocente y frágil que puede existir en este mundo tan lleno de maldad, pero a su vez con gente buena.


Me gusta mucho esta universidad porque tiene un buen nivel académico,  además la enseñanza es muy buena  dándonos la importancia de estudiar y salir adelante;  También la amabilidad de las personas que se encuentran en ella es excelente  y ni hablar  de los amigos y compañeros extraordinarios que puedes encontrar allí.


Como proyecto de vida  quiero terminar mi carrera de medicina con especialidad en pediatría, y dar a conocer mis habilidades para poder enseñar y colaborar a la comunidad y a un centro hospitalario; también más adelante me gustaría tener mi propia familia y  hospital.


Para finalizar doy gracias a  Dios por brindarme la oportunidad de estudiar en esta universidad y de tener lo que tengo hoy en día, también doy gracias a mis padres por apoyarme incondicionalmente apesar de mis locuras, y a mis amigas por estar allí cuando más las he necesitado.

                                                    ...  gracias...

el amor de madre


lunes, 1 de octubre de 2012











                                                                       ANGELA MARIA
                                            GARCIA DUQUE 

     CRÓNICAS DE LA VIOLENCIA, Y EL ABUSO  
                                                                                                                      JUVENIL.


Hay una gran preocupación social por el aumento de comportamientos violentos en los adolescentes, que ha ido creciendo formidablemente en los últimos años y cada vez a edades más cortas, causando graves problemas  difíciles de afrontar en  los diferentes ámbitos de la vida.

La adolescencia es un período en la que el joven experimenta grandes cambios de personalidad. Se producen cambios de conducta e inestabilidad emocional, son jóvenes con mucha energía que han de aprender a controlar sus impulsos. Es un período en la que están formando su identidad, por lo que sus futuras conductas dependerán en gran medida de cómo superen todos estos cambios y en el apoyo que su familia le brinde.

Los adolescentes violentos son aquellos que no se ajustan a las normas, son impulsivos, intolerantes e inconformistas. En los colegios y demás espacios suelen  provocar disturbios y en ocasiones suelen actuar amenazando a sus compañeros. Algunos de estos adolescentes llegan a participar en peleas, agrediendo físicamente por medio de golpes o con algún objeto o incluso con armas y pudiendo causar daño físico a él mismo o a otras personas. En estos casos pasan de ser un adolescente violento para convertirse en un delincuente.

A Diario se suele escuchar en las noticias  el protagonismo juvenil en actos delictivos, de prostitución y de abuso; hechos que asustan, asombran y ponen en aviso una situación que se les está saliendo de las manos a las autoridades. Mientras que la sociedad descontenta exige soluciones al ser testigos de este tipo  de situaciones; de las que deberían ser parte, y en la mayoría de casos lo que predomina en las personas es la impotencia de no poder hacer algo.

Según  “la coordinadora  del sipiav, María Elena Mizrahi, reconoció que en el país la violencia  hacia los niños, niñas y  adolescentes es un problema social importante que demanda políticas publicas que comprenden al estado, a las asociaciones no gubernamentales y de la sociedad civil”.

Los técnicos del sistema sipiav  sostienen,  con datos  a la vista que durante los dos primeros años de violencia  fueron  de tipo menor, con porcentajes de (31.4% y 37.4%); y en el 2009 este supero en registro a la violencia física, llegando a los 44% de los casos.  El informe de las noticias  sipiav  arrojó el 81.23% de violencia emocional, el 42.5% de violencia física y el 37% de violencia sexual en jóvenes y niños.

Voces silenciadas por experiencias vivenciales miserables que han dejado marcadas sus vidas  eternamente.

 Hoy en día el síndrome de la violencia es adquirido por modelos familiares o sociales, el joven no nace violento,  se hace así a causa de sus primeros cinco años compartiendo con su familia y aprendiendo de ella,  ya que estos son sus pilares  fundamentales para  su vida adulta. Por  ello, está en cada uno, y en la sociedad misma, poder cambiar una forma de pensar,  de entender  e  interpretar las actitudes,  preferencias, gustos, disgustos y demás formas de pensar en los jóvenes.  No hay que acostumbrase a vivir en un mundo violento  que no se desea,  ni se quiere,  a  base  de prejuicios y  preconceptos  sobre los adolescentes; siendo respetados y respetando los derechos de los demás.

 La mayoría de los niños y adolescentes han encontrado en el contexto familiar que les rodea condiciones que les han permitido desarrollar una visión positiva de sí mismos y de los demás, necesaria para: aproximarse al mundo con confianza, afrontar las dificultades de forma positiva y con eficacia, obtener la ayuda de los demás o proporcionársela; condiciones que les protegen de la violencia. En determinadas situaciones, sin embargo, especialmente cuando los niños están expuestos a la violencia, pueden aprender a ver el mundo como si solo existieran dos papeles: agresor y agredido, percepción que puede llevarles a legitimar la violencia al considerarla como la única alternativa a la victimización. Esta forma de percibir la realidad suele deteriorar la mayor parte de las relaciones que se establecen, reproduciendo en ellas la violencia sufrida en la infancia.

 Los estudios sobre las características de los adultos que viven en familias en las que se produce la violencia reflejan que con frecuencia su propia familia de origen también fue violenta. Existe suficiente evidencia que permite considerar a las experiencias infantiles de maltrato como una condición de riesgo, que aumenta la probabilidad de problemas en las relaciones posteriores, incluyendo en este sentido las que se establecen con los propios hijos y con la pareja.  Sin embargo  la transmisión del maltrato no es algo inevitable. La mayoría de las personas que fueron maltratadas en su infancia (alrededor del 67%) no reproducen dicho problema con sus hijos. Y el maltrato en la vida adulta se produce también en personas que no fueron maltratadas en su infancia.

En el futuro, sin duda alguna, la medida más importante es implementar un programa integral de medidas para enfrentar y evitar el maltrato,  abuso y violencia juvenil.  Preparando personal especializado  entre psicólogos y profesores que les brinde a los jóvenes un debido acompañamiento y asistencia a las victimas;  preparándolos y recreándolos  en actividades lúdicas como el futbol, el ajedrez, el basquetbol, el voleibol, etc.  Para que puedan salir, recuperarse y afrontar el mundo real.

Como conclusión se puede decir que los niños y los adolescentes  tienen derecho a recibir protección contra cualquier forma de violencia, y abuso; y que el apoyo que nos brinda la familia y las enseñanzas que nos dan,  son muy importantes para desarrollar nuestro comportamiento futuro.